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martes, 6 de junio de 2017

La teoría del resentimiento y Moreno Valle Rosas

SIN LÍMITES 5 DE JUNIO

*El Dr. Gregorio Marañón expone sus ideas en un libro sobre el emperador Tiberio

Por Raúl Torres Salmerón

En estos momentos en que el PAN perdió la elección del Estado de México y se fue hasta el cuarto lugar en preferencias, es posible que se atice la pelea por el control de ese partido entre el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, Margarita Zavala en contra del dirigente Ricardo Anaya, vale la pena analizar la teoría del resentimiento de Gregorio Marañón.

La guerra interna en el PAN será de pronóstico reservado. La designación y consecuente pérdida como candidata del PAN de Josefina Vázquez Mota, habrá de aumentar los resentimientos de algunos políticos.

Por ello vale la pena hablar de la teoría del resentimiento de Marañón, médico endocrinólogo y escritor español.

Escribió obras de personajes diversos, como Tiberio, Historia de un Resentimiento, donde unió al personaje histórico con su modo de ser, los trató como casos clínicos e interpretó la vida de cada uno desde el punto de vista médico, del psicoanálisis y de la endocrinología.

Sus obras se han acomodado a muchos personajes y políticos de diversas épocas, por su gran parecido.

Una analogía de su libro sobre Tiberio, se publicó en muchos medios en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, sobre el actuar de su sucesor, Ernesto Zedillo Ponce de León. Vale la pena retomar dicha teoría en la cual la conducta de muchos políticos se ajusta más por la riqueza que han tenido desde que nacieron. Zedillo tuvo un origen humilde.

LA TEORÍA DEL RESENTIMIENTO

Antonio Jáquez, en la revista Proceso del 28 de octubre del año 2000, sintetiza así la teoría:
“En el capítulo Teoría del Resentimiento de su libro sobre Tiberio, Marañón traza el retrato psicológico del resentido, a veces con apuntes aforísticos, a veces con líneas mayores, siempre con pulso implacable.

“El resentimiento no es un pecado, sino una pasión; una pasión de ánimo que puede conducir, es cierto, al pecado, y, a veces, a la locura o al crimen.

“El resentido es siempre una persona sin generosidad. Sin duda, la pasión contraria al resentimiento es la generosidad, que no hay que confundir con la capacidad para el perdón.

“El resentido es, en suma, allá en el plano de las causas hondas, un ser mal dotado para el amor y, por lo tanto, un ser de mediocre calidad moral.

“El resentido tiene una memoria contumaz, inaccesible al tiempo. Cuando ocurre, esta explosión agresiva del resentimiento suele ser muy tardía; existe siempre entre la ofensa y la vindicta un período muy largo de incubación.

“El hombre resentido suele tener positiva inteligencia. Casi todos los grandes resentidos son hombres bien dotados. Es el inteligente el que plantea, ante cada trance adverso, el contraste entre la realidad de aquél y la dicha que cree merecer.

“El resentimiento, aunque se parece mucho a la envidia y al odio, es diferente de los dos. La envidia y el odio son pecados de proyección estrictamente individual. Suponen siempre un duelo entre el que odia o envidia y el odiado o envidiado. El resentimiento es una pasión que tiene mucho de impersonal, de social.

“Coincide muchas veces el resentimiento con la timidez. El hombre fuerte reacciona con directa energía ante la agresión y automáticamente expulsa, como un cuerpo extraño, el agravio de su conciencia. Esta elasticidad salvadora no existe en el resentido. Muchos hombres que ofrecen la otra mejilla después de la bofetada no lo hacen por virtud, sino por disimular su cobardía; y su forzada humildad se convierte después en resentimiento. Pero, si alguna vez alcanzan a ser fuertes, con la fortaleza advenediza que da el mando social, estalla tardíamente la venganza, disfrazada hasta entonces de resignación.

“Es muy típico de los resentidos, no sólo la incapacidad de agradecer, sino la facilidad con la que transforman el favor que les hacen los demás en combustibles de su resentimiento. Hay una frase de Robespierre, trágico resentido, que no se puede leer sin escalofrío, tal es la claridad que proyecta en la psicología de la Revolución: “Sentí, desde muy temprano, la penosa esclavitud del agradecimiento”. Cuando se hace el bien a un resentido, el bienhechor queda inscrito en la lista negra de su incordialidad.

“El resentido ronda, como animado por sordos impulsos, en torno del poderoso; le atrae y le irrita a la vez. Este doble sentimiento le ata amargamente al séquito del que manda. Por esto encontramos tantas veces al resentido en la corte de los poderosos. Y los poderosos deben saber que a su sombra crece inevitablemente, mil veces más peligroso que la envidia, el resentimiento de aquellos mismos que viven de su favor.

TIENEN UN TIPO FÍSICO Y MENTAL DETERMINADO

“Todas las circunstancias que favorecen el resentimiento coinciden frecuentemente con un tipo físico y mental determinado. Suelen ser los resentidos, muchas veces, individuos asténicos, altos y flacos, propensos a la vida interior y a esa frialdad afectiva que caracteriza a los esquizofrénicos.
“El humorismo puede ser una aptitud innata de los individuos y de las razas. Pero otras veces es una reacción ocasional, típica del resentimiento; porque es la patente de corso para crucificar, entre sonrisas, las cosas, las personas o los símbolos que nos han hecho un mal o que nos figuramos que nos lo han hecho.

“El resentimiento es incurable. Su única medicina es la generosidad. Y esta pasión nobilísima nace con el alma y se puede, por lo tanto, fomentar o disminuir, pero no crear en quien no la tiene.
“El triunfo le debería curar. Pero, en la realidad, el triunfo cuando llega, puede tranquilizar al resentido, pero no le cura jamás. Ocurre que el resentido lejos de curarse, empeora. Ésta es otra de las razones de la violencia vengativa de los resentidos cuando alcanzan el poder”.

Hasta aquí la teoría de Marañón. Corresponde al lector encontrar las similitudes entre Tiberio y algunos de los políticos como Moreno Valle Rosas.

En fin, como escribió el propio Gregorio Marañón (España, 1887-1960), en su poema Solo Tendrás el Alma Sosegada:

Sólo tendrás el alma sosegada,
cuando conozcas en igual medida
la ilusión de la gloria imaginada,
y el tedio de la gloria conseguida.

Se solamente, y prefiere ser,
solamente lo que ahora eres,
tu día mejor es hoy,
el mejor mundo, el que vives.

Ama todo en lo que crees,
a lo humano y lo divino
y adora cada camino,
sin saber a dónde van
y llámale al pan pan y
llámale al vino vino...

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